En dirección al pasado.
Aunque remodeladas en épocas posteriores y reutilizadas para otros
menesteres, desde el medievo varias TORRES sirvieron para mantener la buena
comunicación entre los habitantes del Valle en este nuestro tramo y mantener a raya
a los enemigos o hacer más lenta su incursión. Hubo más, sin duda en los cruces
del río, en los peñas de La Oscura o en La Cabezada en Blimea donde está
documentada la existencia de un castillo; o río arriba en Caso habría
instalaciones de vigilancia al estilo de torreones. Hoy, que se puedan ver como
testigos del pasado, quedan en pie, a veces malheridas por el abandono, estas
cuatro que describimos.
LA TORRE DE VILLA en Riaño. Forma parte del conjunto del palacio de
Camposagrado, ahora separada de él por la vieja carretera. Es cuadrada, de
buena mampostería y tiene tres pisos, con acceso actual por el segundo. El piso
bajo está abierto con arquerías. Los estudios previos a su declaración BIC (en
1995) concluyeron que podría datarse en el XVI y que siempre perteneció a los
dominios de los Bernaldo de Quirós (los que se vanagloriaban de su poderío con
aquel "después de Dios la casa de Quirós"). Remodelada en varias
ocasiones, aunque la situación actual no parezca ofrecer carácter defensivo, si
imaginamos el río donde estaba antes de su cambio y la colocamos integrada en
las tierras del marquesado, si debía ejercer un cierto control sobre el Valle y
las propiedades nobiliarias. Hoy arruinada, queda casi oculta tras el polígono
industrial. Merece una reparación. ´
Muy cerca aún queda algo de la TORRE DE LOS RIAÑO dentro de la propiedad que luego fue de los Dorado.
LA TORRE Y CASA DE LA QUINTANA en Ciaño. El rico pasado histórico de Ciaño
como centro de poder nobiliario hasta fin de la modernidad, queda atestiguado
por varios restos. Hoy va de torres. La torre de la Quintana, adosada por un
pasadizo con la casona del mismo nombre, es circular y de casi 13 metros de
altura. Muy remodelada en 1540 por el Prior Solís, el potentado de la dinastía,
había sido edificada a mediados del siglo XIV poco después de la constitución
de la Pola de la Ponte de Oturiellos y formaría parte de un intento de dar
seguridad al camino principal del Valle. Tiene tres pisos; al primero se accede
por el pasadizo y en lo alto hay dos ventanas geminadas a este y oeste. La
cubierta es cónica. Restaurada y sin el muro que rodeaba la propiedad hasta
hace unas décadas ofrece un buen aspecto, aunque su carácter de vigía aparece
desvirtuado porque la próxima construcción industrial y las altas
construcciones la hacen parecer menos importantes; pero en un tiempo de
casuchas diseminadas de campesinos solo ella, la iglesia (cuyo pórtico es del
XIII) y algunas casonas ofrecerían aspecto de poderío. La declaración BIC vino
a asegurar su conservación.
EL TORREÓN, EL CONDADO, LAVIANA. Es el mejor ejemplo de arquitectura
militar. Probablemente fue construida en siglos altomedievales, pero lo más
antiguo actual es del XIV. Encaramada sobre un espolón calizo, no precisa fosos
y esta claro que fue utilizada para vigilar la importante vía de comunicación
que daba salida al valle del Nalón hacia Castilla por el puerto de Tarna. Es
rectangular, tiene tres plantas y está edificada con mampostería y sillería de
arenisca. Se accede por la primera planta y en su origen es posible estuviera
coronada por almenas. En el siglo XIX se derrumbó parte. En la guerra civil fue
reutilizada y entre los 50 y 60 del pasado siglo, los propietarios realizaron
una restauración calificada como poco afortunada al introducir cemento y
hormigón y colocar su propio escudo. El decreto que en 1994 declaraba al
Torreón Bien de Interés Cultural (BIC) denunciaba este mal trato a un bien de
tanta importancia histórica y estratégica.
EL TORREXON DE SOBRESCOBIO. Avanzan muchos estudios que más que torreón fue
en sus buenos tiempos un castillo habitado habitualmente y que procedía de una
construcción romana. Los restos que hoy se ven sobre la roca (escobio) que
domina un estrecho del Valle del Nalón en la actual presa dio nombre al
concejo. Sobrescobio (sobre un escobio). El Torreón/castillo vigía fue en la
Edad Media, en el siglo XII entregado por Fernando II a la poderosa orden de
Santiago. El castillo de Villamorey, como también se le conoce, debió ejercer
de freno a invasiones. De la musulmana queda el topónimo próximo Villamorey.
Luego este lugar fue utilizado por nobles ligados a la realeza que controlaban
el territorio. La constitución de la puebla de Oviñana en el siglo XIV, en
sintonía con otras las otras del valle, vino a darle a este torreón carácter de
vigilancia del camino de comunicación hacia Tarna.
Una ruta entre Villamorey y el torreón permite comprender la importancia
estratégica de una construcción que fue reutilizada siempre que hubo guerras o
problemas entre bandos. Una ocupación que entró en decadencia pero que merece
un gran respeto.
Foto: torre de Villa
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